sábado, 15 de marzo de 2008

LO MEJOR QUE TENÉS - Ilustración de Andrea Albarenga


Yo tengo ojos celestes y mi pelo fue rubio.
Cuando yo era una niña, como a todos, algunas frases me fueron repetidas una y otra vez. Sin duda, con la mejor intención.
Tías, tías abuelas, primas grandes, abuelas, y toda una legión de viejas que visitaban mi casa me decían lo mismo. Una y otra vez.
Y ese infinito machaque me perforó para siempre…Y eso que decían como un elogio era:

- Lo mejor que tenés son los ojos y el pelo….Y le tenés que sacar partido…


Eso era lo mejor.


Sí…eso.


Ni al peor enemigo le diría algo así, y menos a una niña.
A veces he escuchado que las rubias de ojos claros corremos con ventajas…
No sé cuáles son todavía…


Ese elogio, tan externo, tan excluyente, tan sutilmente racista, seguro provocó algunos naufragios en mi vida. Y también, frustrados abordajes, que de algún modo fueron auto mutilaciones espirituales.
Ese elogio fue como un mono con revolver en mi auto estima...
Esa niña que yo era plantó en ellos-ojos y cabello- todo lo que podía haber sembrado en tierras más fértiles y menos fugaces.

¿Cuántas cosas valiosas de las que ni un recuerdo conservo, habré tirado por la borda para siempre, por cultivar lo mejor de mi? ¿Cuánto tiempo habré perdido mirándome al espejo? ¿Y ustedes, qué les pasó a ustedes, cuando eran chicos? ¿Qué les decían? ¿Qué piensan ahora de eso?

Les propongo que cuenten aquí lo que les decían a ustedes como elogios o como críticas, cuando eran unos niñitos/as, y que cuenten cómo creen que eso les afectó, para mejor o peor, en su futuro. ¿Se prenden?
ESTO QUE SIGUE LO ESCRIBIÓ LE SANTI
(Y así, sin permiso de él, ni nada, porque debe estar durmiendo a esta hora, edité la entrada y lo agregué porque esta colección merece ser posteada. Lean y van a ver)
"Qué los parió!!! Qué querés que te diga, a los varoncitos antes no se les alababa la belleza. Así que a pesar de mi increíble perfección física nunca coseché un elogio por ese lado. Ni por otro lado. Mis viejos tenían enormes expectativas conmigo que defraudé una a una con gran dedicación.Y coseché juicios como los siguientes:
-Qué torpe que sos.
-qué desprolijo que sos.
-qué vago que sos.
-así nunca vas a llegar a nada.
-¿qué hacés, tanto tiempo en el baño?
-eso sí, es bastante buenito...
Y la maestra:
-No converse en clase.
-Límpiese esos mocos.
-no escriba cosas que no tienen que ver con la clase.
-puede y debe rendir más.
-si sigue hablando lo voy a tirar por la ventana.
-que su padre venga a hablar conmigo.
-traiga los deberes con lo que le dicen y no con lo que a usted se le antoja.
-no se rasque la cola delante de las niñas.
Y bueno, de las novias y el liceo no les digo nada, porque la cosa no hizo más que ir de mal en peor.Así que con el tiempo me hice un blog y de vez en cuando recojo algún elogio de compasivos amigos que por suerte no me ven.Pero igual mi autoestima es bastante alta porque algo de bueno debo tener si sobreviví hasta hoy, a pesar de los juicios ajenos y de todas las cagadas que he hecho y que por fortuna sigo haciendo"